Conoce la historia de José Manuel Japón, ex distribuidor Orange

José Manuel Japón, empresario sevillano, es uno de los distribuidores Orange que se han visto afectados por las malas prácticas de la entidad francesa. Hoy nos cuenta su historia con el objetivo de que Orange le escuche y le restablezca todo el daño ocasionado.

Su historia.

La aventura empresarial de José Manuel empezó en 2002 con Amena, dirigiéndose principalmente al sector empresarial en un proyecto que comenzaba siendo muy bonito e ilusionante para él.

El buen hacer en sus actividades pronto dio sus frutos y su compañía comenzó a crecer. Todo ello daba lugar a la reinversión en el negocio de parte de los beneficios del mismo, ya que creía en su potencial y en las posibilidades de seguir creciendo.

Sin embargo, la llegada de Orange lo cambió todo. En un primer momento, se transmitió este cambio como algo positivo, siendo Orange una marca internacional y con ambición, por lo que se animaba a los distribuidores desde la compañía francesa a que invirtieran en sus negocios para adaptarse en estructura e imagen al cambio que la llegada de la marca suponía. Nada más lejos de la realidad. La llegada de Orange trajo consigo un cambio en las exigencias, suponiendo lo que el propio José Manuel describe como un “abuso en el sistema de objetivos” para los distribuidores, lo que les impedía comisionar, reduciendo en gran medida los beneficios de su negocio. Orange, tal y como cuenta José Manuel, imponía además el tener un staff obligado por la propia compañía, fuese cual fuese la situación económica del negocio en ese momento, lo que repercutía negativamente en los costes estructurales del negocio.

En 2013, con 6 establecimientos y una plantilla de 20 personas, Orange comunica que no contaban con los servicios de la compañía distribuidora de José Manuel, ya que no llegarían a los asfixiantes y desorbitados objetivos impuestos por la propia entidad francesa. José Manuel indica que todo el beneficio que no le daban a distribuidores más pequeños como el suyo, se los daban a otros de mayor envergadura, lo que servía para nutrir a estos últimos, quienes han sido los grandes beneficiados de todas estas malas prácticas. Todo lo anterior hacía sentir a José Manuel como un “esclavo de Orange”. Pese a todo, la compañía de José Manuel siguió adelante hasta que Orange les obligó a malvender su negocio, aquel por el que habían estado luchando, poniendo todos sus recursos, esfuerzos e ilusiones durante los últimos 15 años.

José Manuel indica que lo que persigue ahora es que Orange los escuche y restablezca el daño económico y moral ocasionado a tantos negocios y familias afectadas, ya que él mismo detalla que han pasado por un “aprendizaje” que no se lo desea “ni al peor de sus enemigos”. Desde Asafortel, perseguimos que deseos como el de José Manuel se cumplan.

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